sábado, 17 de octubre de 2015

Hveravellir, el campo de las fuentes termales


Hveravellir, las fuentes de agua termal, se encuentra en la ruta de Kjolur, entre los glaciares de Langjokul y Hofsjokul. No es fácil llegar. Aunque hoy en día exista una línea de autobuses que te lleva desde la capital de Islandia. Para ir hay que adentrarse por la pista F35 y destrozar los amortiguadores de su vehículo. Debe merecer la pena ya que cada día atrae a mas publico de la estirpe “conocedores”.




Yo pasaba por allí y me quede a dormir una noche. Hacia tanto frio que acepte el chantaje de pagar por una caliente litera en una sala comunal del refugio el precio de un cuatro estrellas. La juventud divina que acepto el desafío de las tiendas de campaña tiritaban de mañana bajo los rayos de un sol que no calienta.

Es la primera lectura del viaje por las tierras altas de Islandia. Alli, incluso en verano, hace un frio mortal. Los glaciares cercanos que no se ven, se sienten. No se confunda



Todo lo anterior esta en contraste con la visión que se extiende ante sus ojos. Frente al albergue contemplara despelotados bañistas en un humeante poza al aire libre. Un poco mas allá fumarolas que parecen calentar el ambienten. Aquí y allá unos letreros le indican que no abandone el camino so pena de derretirse al pisar el suelo hirviendo a pesar de aparentar una hermosa campiña de tierra azufrada. Siguiendo la ruta podrá escalar antiguos cráteres volcánicos hoy en reposo pero no dormidos.




Hveravellir es lugar de culto para los caminantes. Se pueden hacer hermosas travesías de montaña siempre que se cuente con el material adecuado. No olvide que allí nada hay. Excepto en el refugio donde le darán de comer y de dormir aquello es la hermosura de la nada. Naturaleza en estado puro en territorio volcánico que duerme exhibiendo que cualquier volverá. Por cierto, dice la tropa acompañante, uno no se alimenta con carne, que el caballo que cocinan en el refugio es manjar de obispo.



Las guías recomiendan viajar en barco en los lagos originados a los pies de los glaciares. Como alternativa al obligado Jokulsarlon. Hay parecidos que matan.





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